Al ser la primera vez que trabajamos en Haití, lo primero que hicimos fue explorar exhaustivamente la historia y la cultura del país, lo que nos permitió comprender los acontecimientos que lo llevaron a estar en las condiciones en que se encuentra ahora. Además, analizamos las soluciones utilizadas por otros arquitectos en este clima, lo que nos permitió encontrar factores clave a tener en cuenta a la hora de diseñar.
La escuela que presentamos se centra en la calidad y la relación entre espacios. La primera pieza es una cubierta unitaria que cubre todos los espacios y enmarca el patio central. Esta cubierta cubre las necesidades básicas de radiación y protección contra la lluvia, lo que nos permite jugar libremente con los espacios inferiores, que están delimitados únicamente por muros verticales.
Estos muros de ladrillo tienen diferentes calidades. Completamente ciegos, con ventanas sencillas, uno "perforado" o incluso con simples paneles de madera. La colocación estratégica de estas variantes no sólo crea espacios confortables en términos de climatización e iluminación, sino que también los hace interesantes y bellos.
Por último, el perímetro del edificio está cubierto por una banda textil de colores. Esta será tejida por la comunidad convirtiéndola en una pieza de identidad del edificio y reforzando la propiedad.